Reflexiones, experiencias y proyectos surgidos en mi acercamiento a la ilustración manual y digital.
Cosa de chicos.
Con la mirada de un niño.
La visión de los adultos nos permite participar en un mundo de control.
Hemos perdido la mirada libre, ingenua, que nos ayuda a ver las diferencias sin prejuicios para propiciar encuentros.
Esa mirada que es imprescindible para apoyar los procesos de desarrollo en los que queremos involucramos.
La mirada que tiene un niño.
Me encanta contar historias desde esa óptica, porque es un punto de vista excelente para mostrar lo absurdo/lo maravilloso que llega a ser el mundo.
Innegablemente la mirada de niño es un sueño hecho realidad.